Imacec de agosto: sorpresiva contracción económica
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El Imacec de agosto, con una contracción de 0,9% en los niveles de actividad comparando con igual mes del año anterior y también considerando los últimos 12 meses, fue tan sorpresivo como preocupante.
Cuando ya parecía que la economía empezaba a levantar cabeza (la expansión para agosto se estimaba en hasta 0,5%), este ha sido un recordatorio de que la situación económica del país sigue siendo muy delicada, por más que el ministro de Hacienda hablara de un problema coyuntural que afectó al sector servicios, con una especial incidencia del sector educación, negativamente afectado por el paro de profesores de ese mes y la suspensión de clases debido a los temporales.
El Gobierno debería centrar todos sus esfuerzos en lograr una genuina reactivación económica que entregue frutos a corto plazo.
Sintomático de esta debilidad de la economía es lo que se observa en el ámbito laboral, donde más allá de la tendencia alcista que exhibe la tasa de desempleo, preocupa el muy bajo dinamismo que se observa en la creación de nuevos puestos de trabajo. De hecho, la ocupación total expresada como proporción de la población total sigue mostrando un guarismo inferior al de 2010, lo cual da cuenta de una brecha que los expertos estiman en más de 400.000 puestos de trabajo. Sólo un crecimiento sostenido permitiría superar este desbalance.
Atendida esta realidad y el sentido de urgencia que reviste el problema, el Gobierno debería centrar todos sus esfuerzos en lograr una genuina reactivación económica que entregue frutos en el corto plazo, pero que vaya de la mano con un fortalecimiento de la capacidad de crecimiento en el mediano y largo plazo. El presupuesto fiscal 2024 sin duda que está llamado a jugar un rol, especialmente en el ámbito de la inversión pública, pero la prudencia macroeconómica es algo que no se puede perder, ya que la estabilidad de las finanzas públicas y el control de la inflación están en riesgo. Perseverar en esa ruta de responsabilidad fiscal constituye un requisito fundamental.
Por ello, no parece el momento adecuado para pensar en subir impuestos ni para poner obstáculos al sector privado con un entramado regulatorio paralizante. Es hora de impulsar medidas concretas que generen propicio para invertir, emprender y crear empleos.